El Adolescente Disruptivo: un análisis desde la perspectiva psicológica

Resumen

La adolescencia es una etapa del desarrollo humano caracterizada por profundos cambios biológicos, psicológicos y sociales, que influyen en la construcción de la identidad, la autonomía y la forma en que los adolescentes interactúan con su entorno. Durante este período, los jóvenes enfrentan desafíos relacionados con la regulación emocional, la adaptación a nuevas responsabilidades y la búsqueda de aceptación dentro de sus grupos de pares. En este contexto de transformación y exploración, algunos adolescentes manifiestan conductas disruptivas que pueden afectar su bienestar, su rendimiento académico y sus relaciones familiares y sociales(Martínez-Vicente & Valiente-Barroso, 2020).

La conducta disruptiva se manifiesta a través de comportamientos como agresividad, oposición desafiante, impulsividad, desobediencia, conducta antisocial y transgresión de normas. Estas manifestaciones pueden derivarse de una combinación de factores individuales, familiares, escolares y comunitarios, incluyendo estilos de crianza inadecuados, dificultades en la autorregulación emocional, modelos negativos de comportamiento, presión de grupo y entornos desfavorables (Fadus et al., 2020). Cuando estas conductas no son abordadas de manera adecuada, pueden tener repercusiones significativas en la vida del adolescente, aumentando el riesgo de fracaso escolar, conflictos interpersonales, consumo de sustancias y, en algunos casos, la aparición de trastornos emocionales o conductuales más graves en la adultez(Waller et al., 2020).